sábado, 8 de agosto de 2009

Handicap Parte 2


Asi que volví mis ojos hacia ella y encontré nuevamente su boca, pero esta vez no hubo adrenalina, no había emoción, no, era algo diferente, mi cuerpo estaba débil, o por lo menos al así lo sentía, quería acostarme y llevarla a ella conmigo sin dejar que nuestros labios se despegaran, los nervios en mi cuerpo comenzaron a mandar señales de una excitación continua al cerebro y este respondió. Lo que comenzó justo entonces fue una pasión desesperada y desenfrenada, podía sentir como a ella le sucedía lo mismo, podía sentir su cuerpo moviéndose contra el mío, como tratando de conseguir algún alivio, y en el vaivén de sus caderas hallaba tranquilidad a esas señales enviadas, era como una bestia que necesitaba salir de un encierro eterno, en verdad deseaba con todas sus fuerzas salir, pues algo le motivaba, su jaula tambaleaba débil y serena. Una nube comenzaba a elevarnos a ambos mientras nuestros labios jugaban uno con el otro, el mundo se detuvo y las luces desaparecieron por completo, no estábamos parados en ese pasillo de su casa, estábamos flotando hacia el éxtasis y el placer en una nube de lujuria plena. El muñón la atraía hacia mi cuerpo cada vez con más fuerza, mi mente decía que no la dejes caer de la nube o esto terminara, mi mente decía que librara la limitación que tenía en la mano y poder sentirla por completo sin restricciones, ya mis dedos fallaban y perdía fuerza, el álbum comenzaba a caer, la liberación estaba cerca, sabía que sentirla plenamente sería lo mejor, seria extraordinario, sería el hito del momento. Una voz…. La nube desapareció, las luces se prendieron y el mundo comenzó a andar ella se separo y se alejo con la misma velocidad que se había acercado, tan repentinamente, y sin embargo tan sutil. Me miro sonrió y se sonrojó, yo la seguí de cerca, no podía creer lo que había pasado, y aun así tampoco podía creer que fuera mentira. Ella subió las escaleras y yo le seguí, aunque me costaba trabajo mover mis piernas, había perdido toda movilidad, mi cerebro solo se concentraba en el mover de sus caderas mientras subia por las escaleras con tal gracia y sensualidad, mientras pronunciaba...

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